lunes, 16 de noviembre de 2015

Graciela Montes

 "Leer vale la pena... Convertirse en lector vale la pena... Lectura a lectura, el lector – todo lector, cualquiera sea su edad, su condición, su circunstancia…– se va volviendo más astuto en la búsqueda de indicios, más libre en pensamiento, más ágil en puntos de vista, más ancho en horizontes, dueño de un universo de significaciones más rico, más resistente y de tramas más sutiles. Lectura a lectura, el lector va construyendo su lugar en el mundo". Graciela Montes.

Griselda Mariana Andreu


LICENCIATURA EN  NIVEL INICIAL Y PRIMERAS INFANCIAS

Seminario: Lengua y Alfabetización                                                                                                                                                                                                      
Profesoras. Ángela Baldengo / Viviana Edsberg

Alumna: Andreu Griselda Mariana
Cohorte: 2012
Camino Lector


Recorrer el camino de manera retrospectiva de mis  experiencias se me presenta dificultoso y hasta opuesto a las recomendaciones expresas de mi psicóloga (jajaja) ya que por mi insana  condición de aferrarme a las situaciones dolorosas que me lastimaron, evocándolas repetitivamente en el presente, condiciona mis relaciones con las personas que se acercan y mi manera de ver el mundo.
Pero hoy, en este nublado de jueves, es momento de elaborar ese plano mental sobre aquellas experiencias de lectura, escritura,  de relatos,  de canciones, juegos, emociones y sensaciones  que me formaron, que sirvieron de  ladrillos,  de columnas,  de soportes estructurales,  de andamios para alcanzar esta etapa de construcción. Como era de esperarse los vacíos son muchos, ventanas y pasillos, que alcanzan aquellos y todo comienza, se desarma y vuelve a formarse cada compartimento de episodios.
foto: a.b.
El recuerdo más lejano es el “libro de mi viejo”, en ese entonces un joven mecánico apasionado. Llegaba a casa tarde, sin rostro, nada, los gestos desaparecían,  ni la más  mínima mueca,  eran sus  ojos los que hablaban.  Cansado, triste, afligido  tomaba meticulosamente esas páginas blanditas, con olor a gas oíl, sin emitir sonido… yo lo miraba: ¿Qué difícil será armar eso? Pobre.  Jamás entendí esos dibujos.
Otro mojón en mis recuerdos, es la visita de mi vecina “Nelly” unos años más grande que mi hermana (Maricel) y yo. Venía a casa por las tardes, buscábamos un lugarcito bajo la mesa o arriba del paraíso, como una suerte de jungla peligrosa, y ahí podía contar las historias de miedo más escalofriantes del mundo, si escalofriantes… aunque las chicharras aturdían y solo traíamos puestos unos percudidos calzones….jajaja.
También las visitas a “Flavia” una prima mayor,  muy consentida por sus papás, tenía todos los colores de “Ponis”, uno de cada color, “uno más lindo que el otro” pero sólo los podíamos mirar…tenía una enorme repisa blanca para alejarlos de las visitas. Lo permitido era una rotosa caja llena de “Antojitos” recortados y decolorados pero “Maricel” insistía… -Dale!!! Léeme!!! Léemele!!!. Ponía esa vocecita singular que me declaraba culpable de todos sus males. Pero en casa ajena jamás debía dejarla hacer Show, era mi deber como hermana mayor y lo único que nos repetía mi vieja durante las cinco cuadras de distancia.
Ya en la escuela los recuerdos se presentan como lluvia, para comenzar, el momento mágico de subir las escaleras de la primaria para llegar a la biblioteca ordenadísima, casi intocable, no tenía precio. Tenía que portarme bien, para ir a buscar el libro  para “Mi Seño Lili”. En primaria participamos de la “Feria del Libro” y mi historia fue seleccionada junto a dos de mis compañeros, a los cuales idolatraba por sus maravillosas historias, y por el apoyo y acompañamiento que recibían de sus padres.
No tengo registros de que me pidieran que haga mis tareas o me ponga a estudiar. Eso era mi responsabilidad, lo hacía con gusto.
Otro de mis recuerdos lejanos es la insistencia de escribirle mis insistentes declaraciones de amor a “Andrés” en cada recreo. Habré estado en quinto grado y él en séptimo. Yo se las entregaba clandestinamente en los cruces de pasillos y él cómplice fiel las guardaba en el bolsillo sonriendo. Eso fue amor del puro. La vergüenza que pase hace un tiempo atrás cuando su mamá (una vecina actual) me contó que las guardó por mucho tiempo. Que incomoda me sentí porque no recordaba  que cosas le escribía.
 Las tarjetas de navidad que mi vieja colgaba del arbolito pesadas de brillantina y plasticola.
En secundario la obligatoria lectura de “EL Túnel y El Coronel no tiene quien le escriba” no recuerdo bien la trama, el conflicto, los principales y demás. Solo recuerdo que los pagué vendiendo sandias jajaja.
El profesorado fue una carrera, todo tenía que ser rápido, las lecturas, las poesías, los cuentos. Todo para los demás.
Hace  algunos años empecé a leer el libro de Dios, también a Pilar Sordo y Víctor Manuel Fernández en busca de refrescar mi alma, esa pequeña parte extraña difícil de cuidar, alimentar, de sanar  e higienizar. A veces nos preocupamos tanto por el color de nuestro pelo, el olor de nuestros cuerpos, pero jamás nos preocupamos por qué color tienen nuestras almas.
Y aquí estoy esta es una breve historia de mi construcción en lecturas del mundo, de este, del mío, único e irrepetible. Con treinta y dos años de lucha, sintiendo presiones y prisiones que se hidratan con una única pasión, la de vivir y brindar buenas lecturas a aquellas personas con las que comparto mi vida.

Marcela Alcoba

Licenciatura en Nivel Inicial y Primeras Infancias
Taller de Lengua: Alfabetización Inicial
Profesoras: Angelina Baldengo
                      Viviana Edsberg
Alumna: Mariela Alcoba


Reflexión del Proceso de Escritura

   Reflexionando sobre las propias escrituras llego a estas instancias donde me doy cuenta que muchas cosas han cambiado desde el inicio de este taller y fundamentalmente desde comienzos de la Licenciatura. He comprendido que Alfabetizar ya no es lo que pensaba en un principio, que solo se aprende durante el periodo escolar y que se basa en aprender a leer y escribir, sino que es un proceso que dura toda la vida; todos los días podemos encontrarnos con personas que nos puedan enseñar algo y a su vez enseñar nuestros aprendizajes; alfabetizar ya no es saber Leer y escribir, sino expresarse a través de diferentes lenguajes.
   La primera infancia es la edad donde se encuentran los conocimientos propios de cada niño con los escolares, donde se refuerzan o modifican, de ser necesario, aquellos que están erróneamente adquiridos. Es fundamental reconocer que cada grupo cultural, que cada persona posee conocimientos diferentes con respecto a una misma realidad.
   Cada proceso de alfabetización implica un profundo cambio social, con apropiación de la cultura y los conocimientos propios de cada una de ella que influyen directamente en la educación de las personas.
foto:a.b.
   Transitamos en una era donde la tecnología ha impactado directamente sobre la sociedad. Autores de Leu y Kinser proponen que éstas seguirán  definiendo las formas y funciones de la alfabetización.
   Después de haber realizado diferentes lecturas con respecto a lo que involucra alfabetización se destierra completamente la vieja concepción antes mencionada, cambiándola por una alfabetización en movimiento, con gran influencia del entorno que lo rodea. Implica que los individuos, independientes de sus contextos de procedencia, puedan ser protagonistas de múltiples experiencias escolares, que le permitan desenvolverse en el mundo que los rodea sin problemas.
   Nuestra función de docentes debe centrarse, como dice Graciela Montes, en formar niños curiosos, activos, capaces de leer el mundo como dice Freyre. Es evidente que alfabetizar en nuestro tiempo y espacio  nos  demanda mucho más que transmitir  técnicas, nuestro desafío es que sigan ingresando a las aulas las lecturas, escrituras e intercambios orales como prácticas con sentido usando todos los soportes que tenemos a disposición, libros, revistas, diccionarios, videos, audios, imágenes, mapas pizarra, en papel y en pantalla…, todas las herramientas que tenemos a mano para introducir esas prácticas en todos los ámbitos de la vida escolar. Quiero papel y pantallas en las aulas  para seguir formando a nuestros alumnos en  el ámbito literario y en su constitución como estudiantes  y ciudadanos.

Andrea Maria Sandoval


LICENCIATURA EN NIVEL INICIAL Y PRIMERAS INFANCIAS
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS
UNL
Foto:a.b.
Seminario: Lengua y Alfabetización  
                                                                                                                                                                                                 
Profesoras: Ángela Baldengo / Viviana Edsberg
Alumna: Andrea  María  Sandoval
Cohorte: 2012


REFLEXIÓN  SOBRE  MI  PROCESO  DE  ESCRITURA:
Mi vida  escolar está llena de  retos  y  experiencias diarias, inmersa  en  el  medio del  campo pero podría decir  que  cada  día  es  una  aventura, un  re-descubrimiento y/o un aprendizaje.
Día tras día, tomada de  la  mano  de  mis pequeños, inicio mi  labor  escolar en base a  lo concerniente a  ellos: sus juegos, sus aprendizajes, sus estados de  ánimos y sus problemas del hogar, etc.
Todo es  bienvenido  para  abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Sumado a  ello, destaco las  capacitaciones  realizadas año tras año, 14 años de  experiencias, desarrollo de propuestas específicas e  inquietudes que  atraigan su  atención. Debo destacar  que  en  mi  zona  trabajar  en  la  ruralidad  no  es nada  fácil,  ya  que  por  lo  general  me  siento  muy  sola en  mi  tarea docente.
Destaco  lo  que  menciona  la  Autora: GRACIELA  MONTES, donde expresa “LA ESCUELA COMO TRANSFORMADORA, SOBRE LA  EDUCACION QUE  QUEREMOS”.
La educación actual, consiste en  educar con conciencia de interdependencia global. Es decir  articulando perspectivas, interactuando en un  espacio, donde haya intercambio de saberes con y entre pares.
Destaco que es importante el espacio, la motivación, las herramientas utilizadas, base necesaria para dar el primer pasó a la escuela Primaria.
Montes afirma: “Dar ocasión para que la lectura tenga lugar. Garantizar un espacio y un tiempo, textos, mediaciones, condiciones, desafíos y compañía para que el lector se instale en su posición de lector, que, ya vimos, no es mansa, obediente y automática, sino personal, audaz, expectante..., y haga su lectura”.
Al respecto puedo narrar en  qué  consiste  mi  trabajo  diario –anual. Al inicio  del  año lectivo,  mi  selección de  contenidos de  nivel inicial  del área  lengua, consiste trabajar  la oralidad. Base  principal donde  los niños se  manifiestan desde sus emociones, experiencias  hogareñas, vivencias  familiares que dan comienzo al  trabajo áulico diario.
La  narración  toma  un  protagonismo en  el desarrollo de  la  oralidad, dado que  permite desinhibirlos y  manifestarse  con  espontaneidad. Resalto  el  tema  de  la  oralidad y  narración  ya  que  son  mi  pasión …  
Recuerdo que  desde  muy  pequeña mi  padre   que  era  muy  sabio  y  fanático  de  la  lectura solía decirme  cada noche al  terminar de  narrarme  el  cuento, “leyendo se  aprende  hija querida, el  saber  se  construye  día a día, y  con  la  lectura  que  es  mágica  y  cura  los dolores  mas íntimos de  nuestro corazón  y te  lleva a los  lugares  más  lindos a  tu  mundo de  princesas.
Hago  hincapié  en  esta  práctica dado  que  mi  sala de  nivel  inicial es  única  en  la  institución, donde  mi  trabajo lo  realizo  con  niños  de  multi-edad  (3, 4 y 5años), en  un  contexto  económico – social bajo y zona  rural desfavorable.
Recuerdo en  mis  comienzos hace  aproximadamente  4  años en  esta  Institución, mi  primer  taller de  narración donde  convoque a  padres, abuelos de los  niños y  debajo  de  un  algarrobo todo decorado  con  atrapa sueño y mándalas realizado por los mismo  comencé  mi  relato  de  la  leyenda de los atrapa  sueño  …”cuenta  la  leyenda que…..”, todos me  miraron  muy  asombrados  (me  sentí  un  bicho  raro), hasta  mi  compañera de  primaria me  miro  con cara  rara y se  viene a  mi  mente  textuales palabras  de  ella …(no  es  perder  el  tiempo  con esas  pavadas y circo tuyo, para  que llamas a los padres vienen a  ver  lo  que  hacemos….  y  unas  cuantas  cosas  más  irrepetibles), yo  solo  mire  en  alto y  dije estamos narrando despertando  imaginación, disfrutando de  anécdotas de  los  abuelos, te  invito  a mi taller que  nos  cuentes tu  experiencia ya  que  tenes  tantos años de experiencia  como  docente  va  estar  bueno que  participes .
Mi  colega  no  muy  convencida   solo  me  miro  y  quedo pensando, porque  los comentarios de  los padres y  abuelos que participaron fueron maravillosos.
Entre  charla  y  charla, mientras viajamos mirando  el  amanecer  todos los días  mi colega  me  comenta que  ella es  muy  tímida, muy  estructurada y  que  le  da  miedo hacer papelones en un taller como  los que  yo realizo  con  mucho amor  y pasión , que  a  esta  altura de  su  vida que esta  próxima a jubilarse.
Así  fue  como  día  tras  día la  fui  involucrando  en  mi  mundo  mágico  de  cuentos y narraciones y  debo  admitir  que de  apoco y con amor  no  solo  podemos transformar  pensamientos  e  imaginación de  los niños, también debemos permitir a  los  adultos vivir estos mágicos momentos llenos de sentimientos, emociones guardadas  en  los  más  profundo.















J.L.Ortiz

Ah, esta tarde encendida...
J.L.Ortiz 


Ah, esta tarde encendida, amigos, esta tarde,
de un oro vegetal iluminada toda
y toda penetrada de la gracia celeste
qué dulce, ah, qué dulce! entre el follaje frágil:


lluvia pálida o fluido casi primaveral
con una muy secreta y fragante nostalgia
de alma. Luz celeste y sensible mirando
entre la irradiación de la muerte suntuosa.


(...)

jueves, 12 de noviembre de 2015

Norma Dal Molin


                             

Facultad de Humanidades y Ciencias.

Licenciatura en Educación Inicial y Primarias Infancias.
Alfabetización Inicial. Autoevaluación.
Alumna:
Dal Molin, Norma. DNI: 17.987.339.

Cohorte: 2.012

Alfabetización Inicial. Autoevaluación.

Me parece interesante hacer una breve crónica sobre como fue mi proceso: Cuando allá, por Septiembre del 2014, las profesoras nos dieron la consigna del trabajo: “Una revista grupal”, los interrogantes invadieron mi mente: ¿Cómo?, ¿Todas?, ¿Para quiénes?, ¿Qué temática? ¿En qué tiempo nos reunimos? Si hay una distancia desde 3 cuadras a 300 o 500 Km., entre nosotras, por nombrar solo algunas de las dudas y preocupaciones.
foto:a.b.
Pasaban los días, nos volvíamos a encontrar, ya no por alfabetización, y la revista no avanzaba, no llegábamos  a un acuerdo, nadie daba el punto inicial, y me comenzaba a preocupar. Preocupación que exprese con un grupo de compañeras a las profesoras, quienes nos respondieron “ocúpense”, dándonos la posibilidad que sean varias las revista. Así fue como nos organizamos con las Profesoras de San Carlos Centro y decidimos comenzar a escribir artículos sobre actividades que puedan dar cuenta de los procesos de alfabetización en nuestros lugares de trabajos, lo que provocó malestar en el resto de los integrantes, entonces volvimos a esperar e intentamos acordar, dividir las actividades…contar lo que paso después… ya lo conocemos…¿Resulto?, ¿Se cumplió con la consigna?, ¿Y la revista?...¿Un fracaso total?…no lo creo así, pues cada error debe ser un punto de partida, un primer paso para lo que viene luego, para crecer y en ése camino me encontré éste año…reaparecieron las dudas, inquietudes personales. Fue allí, cuando consideré lo que dice Graciela Montes, cada lector construye significado  y en ese sentido me embarqué, en un proceso  intenso de construcción de significados, de  ida y venida con las profesoras. Lo primero que hice fue reorganizar  la información y seleccionar los textos sugeridos, sobretodo  aquellos que pensé que  no podían faltar en mi trabajo. En segundo lugar pensé en prácticas docentes sobre alfabetización. Comencé a escribir intentando reflexionar sobre las mismas a la luz de los autores, y poniendo en práctica el  “feedback” que mencionaron las profesoras tantas veces. En una de las primeras  devoluciones las profesoras me dijeron “… es un proceso y como tal es largo” y así lo fue,  en cada devolución mi mirada sobre el texto se modificaba, a veces me angustiaba, desorientaba o frustraba, hasta me enojaba, pero volvía a leer y releer  y las nuevas reflexiones e ideas surgían enriqueciendo el trabajo, encontrando relación entre la teoría y la práctica, logrando escribir un texto que diera cuenta de la construcción de significados.
En este sentido y para cerrar, la bibliografía y el trabajo con las profesoras, me permitieron hacer reflexiones críticas sobre mis prácticas, poder mirar desde otro lugar el proceso de lector y de escritor, animándome al gran desafió que ello implica… y tomando las palabras de Graciela Montes, para mi ¡esta fue la gran ocasión! Gracias.



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Mariela Theiler


Foto:e.b.
Universidad Nacional del Litoral
Licenciatura Primeras Infancias
Seminario Lengua: Alfabetización Inicial
Cohorte 2012
Profesoras responsables de cátedra: Ángela Baldengo Viviana Edsberg
Alumna: Profesora Mariela Theiler


“Decir que el acto de escribir es más que su cualidad comunicativa no equivale a negar esta última, sino que, más bien, implica sostener la tensión de lo comunicable y lo no comunicable, de lo legible y lo ilegible” (Silvia Schelemenson)

Este seminario es y fue una experiencia personal, donde para mi escribir es ir de frente hablar con honestidad donde nos jugamos con nuestras palabras, escribir lo que pensamos y no decirlo en voz baja.

Este proceso de escritura fue interesante porque hubo fascinación y temor sobre lo que he leído y sentido frente a una hoja en blanco.

Desde nuestra perspectiva, el derecho a incorporarse a la cultura escrita, a ingresar en el mundo literario y en el mundo del saber a través de la lectura y escritura, puede y debe estar presente desde el comienzo de la escolaridad.

Por eso pienso que desde el día que escribí mis primeros trazos en mi niñez he sentido que nadie ha truncado esa libertad de escribir en mi vida.

La alegría de escribir mi propio nombre esperando el alago de las personas que te rodean, luego el acompañamiento de los docentes en la escolaridad, o marcas imborrables de docentes que nos daban como tarea “Debo escribir 20 veces “vaca” como error o las horas de caligrafía donde cada letra debía salir a la perfección.

Es por eso que cuando me detengo a leer y releer a Graciela Montes coincido en que […] lo primero que puede hacer un maestro que quiere “enseñar a leer” es crear la ocasión, un tiempo y unos espacios propicios, un estado de ánimo y también una especie de comunión de lectura […]

La pedagogía de la escritura debería ayudarnos a los maestros niños y a los jóvenes a descubrir esta dimensión de rebeldía, de aventura, de experimento y de juego incierto que tiene el acto de escribir. Lo demás es gramática.

La decisión de escribir, de dejar una marca, supone haber alcanzado, o desear alcanzar al menos, alguna lectura. Escribir es una forma de estar leyendo, del mismo modo en que contar es una forma de leer lo que se cuenta. La sola formulación en palabras ya es una lectura.

Por eso esta experiencia en mi escrito de alfabetización hizo reflexionar sobre mis prácticas coincidiendo con Emilia Ferreiro “leer y escribir son verbos que dejaron de tener una definición inmutable, son construcciones sociales” donde cada circunstancia y época histórica dan sentido a esos verbos” (2000, octubre 13)

Romper y desestructurar esas prácticas generan miradas de cómo y para qué enseño, entonces es ahí donde debo sostener mi convicción de que podemos transformar y enseñar a partir de lo cotidiano, desde lo que los niños traen y ofrecen, desde diferentes ambientes culturales, trabajando con una pedagogía cooperativa, inclusiva, abierta; una pedagogía que permita aprender con los otros intercambiando opiniones y experiencias, encontrando soluciones comunes para la formación de sujetos sociales, brindándoles un espacio atractivo, donde se reflejen las tareas que se van desarrollando, tratando de hacer visible aquello que se hace a través de elementos tangibles, convirtiendo el ambiente en un ambiente alfabetizador.

Para ir concluyendo quisiera finalizar con estas palabras que generaron en mi un recuerdo de mi infancia, de algún momento vivido y porque no de mi camino lector en donde Paulo Freire dice así “…La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mi gis.”

Aún estoy en la búsqueda, en ese camino que poco a poco se abre descubriendo nuevos horizontes… ese camino de la literatura y la escritura.


BIBLIOGRAFÍA CITADA:
FREIRE, Paulo (1991). La importancia del acto de leer (fragmento). En: La importancia de leer y el proceso de liberación. México. Siglo XXI Ediciones.
FERREIRO, Emilia (2000). Leer y escribir en un mundo cambiante. www.biblioteca.unp.edu.ar
MONTES, Graciela La gran ocasión, la escuela como sociedad de lectura. MEC y T. dirección nacional de gestión curricular y formación docente.