martes, 10 de noviembre de 2015

Graciela Zago

Volver a escribir…recordar, pensar y analizar! Tarea nada fácil en el día a día, cuando uno se toma el compromiso de educar, de dar la oportunidad de crecer. Uno piensa que todo lo que hace está bien, adaptado a la edad del grupo, secuenciando, ofreciendo espacios para descubrir y aprender…y al realizar este trabajo de alfabetización me causó muchas dudas, un no sé qué!  Desde dónde empezar…lo conversé con mis compañeras y oh, sorpresa! Todas estábamos en lo mismo, con el temor causado por el solo hecho de escribir sobre nuestras propias prácticas, como si no supiéramos de lo que hablábamos.
Y comencé a transcurrir este ejercicio de aciertos y desaciertos, borradores sobre borradores, con el propósito de transmitir todo aquello aprendido en éste seminario.
Seminario que quiso desbloquearnos, al menos eso intento, darnos libertad para escribir…detenernos, escucharnos en cada palabra, leer y leer.
Foto:a.b.
Recuerdo la primer clase, con la pregunta: ¿Por qué se sientan una detrás de otra? Cambien…utilicen el espacio, aduéñense del lugar, expresar nuestros sentimientos, tomar la palabra, donde cada palabra entraba en duda y una pregunta surgía, ¿Por qué decís eso? ¿ por qué así y no de tal manera?.
Personalmente, sentía que cada palabra debía ser justificada y analizada, justamente desde la palabra, desglosando cada oración, cada idea y todo lo que creíamos viable, se oponía a la tarea de alfabetizar.
Y aprendí a escribir…armar éste trabajo fue como abrir un diario íntimo, aflorando sentimientos encontrados, primero la idea trunca de una revista infantil, donde habíamos volcado nuestras propuestas pensadas para docentes como vos y yo.
Luego volver a empezar…desde otra mirada, con otra mirada y volvimos a leer y darnos cuenta que cada autor nos permitía desandar nuestro camino y ver que en cada propuesta se podía ir más allá. Y en la tarea de escribir me di cuenta que también tenía que aprender a andar entre  las palabras para poder crecer como docente, como persona.
Sensibilidad extrema…
Entonces: que los ojos de algún niño también sea tu mirada. De Carlos Skcliar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario