jueves, 12 de noviembre de 2015

Nanci Leiva

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN EN PRIMERAS INFANCIAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL-FHUC
TALLER DE LENGUA: ALFABETIZACIÓN INICIAL
TRAYECTO 2 – COHORTE 2012
PROFESORAS: ANGELINA BALDENG; VIVIANA EDSBERG
ALUMNA: PROF. NANCI LEIVA
FECHA: 07/11/2015

PROCESO DE ESCRITURA: reflexión.
Escribir siempre fue un obstáculo, una piedra en el camino que me ha frenado a llevar a cabo actividades en las que debía expresar mi sentir, mis ideas, mis conocimientos, o bien fueron escritos escuetos, sintéticos y concretos.
Tener baja autoestima, producto de las marcas causadas por una de mis maestras, ser tímida, el leer y escribir por obligación repetitivamente fueron algunas de las causas por la que me fui cerrando y dejando de lado la escritura. Siempre tuve la sensación de no poder, de que yo no. Claro está que creí no tener gusto por la lectura y la escritura.
Foto:a.b.
Al leer Laura Devetach (en La construcción del camino lector), a Graciela Montes (en La frontera indómita), a Paulo Freire (en La importancia de leer) puedo dar cuenta que tuve un camino lector rico lleno de relatos, películas, libros a disposición a los que preferí no mirar pero sí que me relaten lo que en ellos estaba escrito, y siendo una muy buena observadora me facilita tener en cuenta todos los pequeños detalles del contexto en el que estuve y estoy inmersa.
Coincido con Jorge Larrosa (en La experiencia de la lectura), donde menciona que lo más difícil es empezar a escribir, habla de bullicio ante las ideas, palabras, sentimientos, que nos va transformando y comienza a ser parte de uno para luego compartirlo. Viéndome reflejada cuando alude al leer, releer, quitar, agregar, injertar, en el crear otra voz y dejarse llevar por ella. Tanto que en ocasiones, como él dice, parecen palabras ajenas.
Escribir es parte de la cultura, es producir textos que comunican, informan, entretienen, llevan a otros mundos, hacen florecer los sentimientos. Como alfabetizadora es pertinente permitir y permitirme vivenciar escenarios de lectura y escritura, resolver situaciones, necesidades, problemas de la vida cotidiana. Es mi deber estimular, animar y respetar las ideas de los demás sin generar frustraciones,  dar oportunidades, favorecer la libre expresión, para habitar y crecer en la pasión por este mundo maravilloso de las palabras…
Después de transitar este taller y analizar mi proceso de escritura puedo ver una diferencia, puedo posicionarme desde otro punto de vista, tener otra mirada. Siempre he considerado los parámetros escolares que he transitado en mi infancia para analizar mi proceso de escritura, ahora lo puedo discutir.
Para escribir, tener una buena lectura es base fundamental y al analizar mi textoteca interna, mi camino lector, entonces se puede decir que “puedo”. Sé que es un proceso que continúa durante toda la vida, es cuestión de animarse, tener coraje, permitir equivocarse y volver a intentarlo una y otra vez.
Sobre la base de mis cicatrices propongo seguir probando, alineando ideas para silenciar bullicios y no ahogarme en los intentos.

“[…] Se lee para tocar, por un instante y como una sorpresa, el centro vivo de la vida, o su afuera imposible. Y para escribirlo. Se escribe por fidelidad a esas palabras de nadie que nos hicieron sentir vivos, gratuita y sorprendentemente vivos”  (Larrosa, 2003; 4)

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