SEMINARIO: LENGUA Y ALFABETIZACIÓN (COHORTE 2012)
PROFESORAS: Baldengo, Ángela;
Edsbver, Viviana.
ALUMNA: López, Carina.
CONSIGNA: Realizar una flexión
sobre el proceso de escritura de alfabetización de una o dos hojas para leer y/o
comentar.
Comenzando
con mi recorrido y mi camino lector me siento reflejada en las palabras de
Jorge Larrosa cuando dice que: “Se lee porque sí, por leer. Aunque leamos para
esto o para lo otro, aunque nos vayamos inventando motivos, utilidades,
obligaciones, leer es sin por qué. Algún día empezó, y luego sigue. Como la
vida”.[1]
Y así fue como empecé con esta materia
leyendo porque sí (al principio), también me sentí presionada por el tiempo y
porque me sentí intimada por la profe (ya que sabe mucho en la materia y no
quería pasar vergüenza). Luego y con el pasar de la lectura me dieron ganas de
querer saber más sobre el tema, pero cuando la profe me sugirió que necesitaba
escritura propia me dije y ahora qué? si lo sabe todo, qué pongo? tenía miedo
de defraudar, ya que una docente tiene que manejar a la alfabetización como el
padre nuestro (palabras de Baldengo) y así es como releí toda la materia y
comencé otra vez…
Esta vez mi camino lector tomó otro camino, el de leer más relajada y es
así como dejó huellas tal como lo
expresa Laura Devetach: “El camino lector personal no es un camino de
acumulaciones ni es un camino recto. Consta de entramados de textos que vamos
guardando. Unos van llamando a otros y en ese diálogo de la persona con el
texto se teje una trama propia, un piso para el viaje que no es difícil de
hacer crecer una vez que se descubre y se valoriza”.[2]
Entonces tomé el dossier (pero no retomé desde el
principio) y empecé este viaje. Estos documentos, estas lecturas, algunas de
ellas me resultaron muy interesantes para pensar la alfabetización de ayer y de
hoy. Y mientras avanzaba con la lectura me preguntaba qué significa
alfabetización? Era lo que yo creía? Y
mientras recorría autores (algunos desconocidos para mi, otros en cambio ya conocía
de sus posturas, lineamientos…), me
invadía una sensación de incertidumbre y miedo a la vez de saber si estaba
haciendo lo “correcto” como docente. Porque mucho se ha hablado y se seguirá
hablando (supongo) de cómo se la define y/o utiliza y mientras sigo recorriendo
autores puedo “ver” y reconocer que se
la define por una parte en una acepción original generalmente ambigua y sin
aceptación, pero también se la emplea con un sentido figurativo en diversas
expresiones tales como “alfabetización tecnológica, científica, informática…
generando aún más en mi confusiones ¿no estamos hablando de lo mismo? Sí,
estamos hablando de lo mismo, todo es alfabetización. Como docente, es a lo que
nos enfrentamos hoy día (en especial las docentes de nivel inicial) y me vuelvo
a preguntar si los niños están preparados para avanzar hacia el siguiente nivel
educativo. Y nuevamente me invade esta incertidumbre si estoy haciendo bien mi
trabajo. Porque gracias a la carrera que estoy cursando puedo afirmar con
convicción que estar alfabetizado hoy es más que saber leer y escribir y estos
malentendidos que pueden deberse a conceptos, malas interpretaciones, las
exigencias de los padres, de los directivos, de la sociedad en general, nos
cuestionan si lo que estamos haciendo, lo estamos bien, siendo (por supuesto)
la alfabetización el tema central de todos.
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Foto:a.b. |
Es por
ello que quiero cerrar mi camino lector reconociendo que todo lo que se
proponga, ofrezca para y en beneficio de los niños necesita ser acompañada por
un sistema de soporte que ofrezcan los adultos. Y en la medida en que los niños
participen de rutinas o formatos interactivos con los adultos, se valorice su
palabra, se comprendan sus producciones gramaticales, como parte de un proceso constructivo, y a su
vez se responda a sus preguntas, se escuchen sus opiniones, se atiendan sus
justificaciones, podrán desarrollar las habilidades comunicativas y
lingüísticas para convertirse en usuarios competentes de la lengua oral y
escrita.
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