lunes, 9 de noviembre de 2015

Maria Eugenia Palacios

Profesoras: Baldengo, Ángela; Edsberg, Viviana.
Alumna: Palacios, María Eugenia.

Reflexión de alfabetización
  

Siento que todos los docentes debemos dar el lugar a que transite la palabra, que los niños/as tomen esas palabras que se apropien de ellas con todas sus sensaciones y sentimientos que estas posean; transportándose a mundos mágicos, desconocidos libres a su imaginación. Para que esto suceda en la sala con nuestros niños/as tiene que haber variadas situaciones en las cuales las palabras se construyan entre el docente y los chicos, es decir que no solo los niños/as usen las palabras, sino que también existan lazos de confianza entre pares y docentes de otras salas como así también con las familias del entorno escolar y de esta forma animarse a explorar todo lo que acontece, lo que dicen, preguntarse y encontrar esas respuestas, escuchar al otro, apropiarse de lo dicho por los otros, buscarle otro sentido diferente.
Como estrategia se debe transmitir a los pequeños la fascinación por la lectura y relectura del mismo cuento, gran parte del misterio conquista en esta posibilidad de repetición, de reiteración, de re-presentación.
Hay niños que ingresan a la lengua escrita a través de la magia (una magia cognitivamente desafiante). El simple juego oral pregunta/respuesta es una de las formas principales de interacción cognitiva, que ayuda a comprender adecuadamente lo que dice el otro y a hablar con claridad y precisión para uno y para los demás.
Debemos encontrar ese momento justo, mágico en donde el niño/as y sus pares puedan bucear de manera eficaz en el entramado de cuentos, imágenes, leyendas e historias que quieran descubrir, empapándose en el misterio y asombro de cada libro, nosotras como mediadoras debemos dar esos tiempos en la sala ofreciéndoles a los niños/as la posibilidad de que ellos busquen e examinen lo que quieren conocer y leer, nuestras bibliotecas deben estar repletas de libros de diferentes textos ( poesías, rimas, trabalenguas, recetas, enciclopedias, cuentos, historias, entre otros), no debemos someter al pequeño a que lean lo que nosotros queremos, sino que ello deben ser los busquen y nos lleven a esos mundos mágicos, debemos ser flexibles y abiertos a las propuestas de los niños/as, y que de esta forma se logre la gran ocasión como nos dice Graciela Montes.
Foto:e.b.
Los niños/as a medida que se empapen en los libros de cuentos lograran elegir en qué lugar podrán leer y dejar volar su imaginación. Ya que se puede leer en un rincón de la biblioteca, en la sala, leer de a dos o en grupos, en el patio o en un lugar de la mesa pero lo más importante sin perder la ubicación de sentarnos en ronda de lectura en donde todos podemos mirarnos y comprender e interpretar los gestos, asombros y sonrisas.
Es muy importante ofrecerles experiencias directas en las que aprendan a observar el mundo natural que les rodea, desarrollen su percepción sensorial, amplíen sus estructuras lingüísticas, determinen adjetivos específicos a los elementos observados, respondan a sus propias hipótesis y discutan entre ellos sobre lo que dijeron y lo que observaron. La experiencia es mucho más agradable y motivadora para los niños/as cuando se les ofrece actividades con prácticas directas que no sólo atienden su curiosidad natural de indagar, observar, descubrir, conocer, aprender y disfrutar, sino también su capacidad para proponer soluciones a problemas que puedan surgir al momento de experimentar; es por ello que cada uno da su punto de vista y exige que se compruebe para ver los resultados.
El nivel inicial si está dispuesto a asumirse como la gran ocasión y realmente enseñar a leer el mundo, no se puede desaprovechar esos acontecimientos que suceden en el acto de enseñar a leer y escribir logrando ese ámbito cálido y fantástico para los niños/as.
Los pequeños aprenden muy pronto que tanto la conducta humana como el lenguaje son sistemas regidos por reglas, de manera que se dedican a explorar las normas comprobando lo que se puede hacer y lo que no, lo que se puede decir y lo que no, siendo ellos mismo los encargados de realizar el reglamento de la sala, de la biblioteca y demás sectores, siendo ello los principales redactores de esas normas.

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