lunes, 16 de noviembre de 2015

Graciela Montes

 "Leer vale la pena... Convertirse en lector vale la pena... Lectura a lectura, el lector – todo lector, cualquiera sea su edad, su condición, su circunstancia…– se va volviendo más astuto en la búsqueda de indicios, más libre en pensamiento, más ágil en puntos de vista, más ancho en horizontes, dueño de un universo de significaciones más rico, más resistente y de tramas más sutiles. Lectura a lectura, el lector va construyendo su lugar en el mundo". Graciela Montes.

Griselda Mariana Andreu


LICENCIATURA EN  NIVEL INICIAL Y PRIMERAS INFANCIAS

Seminario: Lengua y Alfabetización                                                                                                                                                                                                      
Profesoras. Ángela Baldengo / Viviana Edsberg

Alumna: Andreu Griselda Mariana
Cohorte: 2012
Camino Lector


Recorrer el camino de manera retrospectiva de mis  experiencias se me presenta dificultoso y hasta opuesto a las recomendaciones expresas de mi psicóloga (jajaja) ya que por mi insana  condición de aferrarme a las situaciones dolorosas que me lastimaron, evocándolas repetitivamente en el presente, condiciona mis relaciones con las personas que se acercan y mi manera de ver el mundo.
Pero hoy, en este nublado de jueves, es momento de elaborar ese plano mental sobre aquellas experiencias de lectura, escritura,  de relatos,  de canciones, juegos, emociones y sensaciones  que me formaron, que sirvieron de  ladrillos,  de columnas,  de soportes estructurales,  de andamios para alcanzar esta etapa de construcción. Como era de esperarse los vacíos son muchos, ventanas y pasillos, que alcanzan aquellos y todo comienza, se desarma y vuelve a formarse cada compartimento de episodios.
foto: a.b.
El recuerdo más lejano es el “libro de mi viejo”, en ese entonces un joven mecánico apasionado. Llegaba a casa tarde, sin rostro, nada, los gestos desaparecían,  ni la más  mínima mueca,  eran sus  ojos los que hablaban.  Cansado, triste, afligido  tomaba meticulosamente esas páginas blanditas, con olor a gas oíl, sin emitir sonido… yo lo miraba: ¿Qué difícil será armar eso? Pobre.  Jamás entendí esos dibujos.
Otro mojón en mis recuerdos, es la visita de mi vecina “Nelly” unos años más grande que mi hermana (Maricel) y yo. Venía a casa por las tardes, buscábamos un lugarcito bajo la mesa o arriba del paraíso, como una suerte de jungla peligrosa, y ahí podía contar las historias de miedo más escalofriantes del mundo, si escalofriantes… aunque las chicharras aturdían y solo traíamos puestos unos percudidos calzones….jajaja.
También las visitas a “Flavia” una prima mayor,  muy consentida por sus papás, tenía todos los colores de “Ponis”, uno de cada color, “uno más lindo que el otro” pero sólo los podíamos mirar…tenía una enorme repisa blanca para alejarlos de las visitas. Lo permitido era una rotosa caja llena de “Antojitos” recortados y decolorados pero “Maricel” insistía… -Dale!!! Léeme!!! Léemele!!!. Ponía esa vocecita singular que me declaraba culpable de todos sus males. Pero en casa ajena jamás debía dejarla hacer Show, era mi deber como hermana mayor y lo único que nos repetía mi vieja durante las cinco cuadras de distancia.
Ya en la escuela los recuerdos se presentan como lluvia, para comenzar, el momento mágico de subir las escaleras de la primaria para llegar a la biblioteca ordenadísima, casi intocable, no tenía precio. Tenía que portarme bien, para ir a buscar el libro  para “Mi Seño Lili”. En primaria participamos de la “Feria del Libro” y mi historia fue seleccionada junto a dos de mis compañeros, a los cuales idolatraba por sus maravillosas historias, y por el apoyo y acompañamiento que recibían de sus padres.
No tengo registros de que me pidieran que haga mis tareas o me ponga a estudiar. Eso era mi responsabilidad, lo hacía con gusto.
Otro de mis recuerdos lejanos es la insistencia de escribirle mis insistentes declaraciones de amor a “Andrés” en cada recreo. Habré estado en quinto grado y él en séptimo. Yo se las entregaba clandestinamente en los cruces de pasillos y él cómplice fiel las guardaba en el bolsillo sonriendo. Eso fue amor del puro. La vergüenza que pase hace un tiempo atrás cuando su mamá (una vecina actual) me contó que las guardó por mucho tiempo. Que incomoda me sentí porque no recordaba  que cosas le escribía.
 Las tarjetas de navidad que mi vieja colgaba del arbolito pesadas de brillantina y plasticola.
En secundario la obligatoria lectura de “EL Túnel y El Coronel no tiene quien le escriba” no recuerdo bien la trama, el conflicto, los principales y demás. Solo recuerdo que los pagué vendiendo sandias jajaja.
El profesorado fue una carrera, todo tenía que ser rápido, las lecturas, las poesías, los cuentos. Todo para los demás.
Hace  algunos años empecé a leer el libro de Dios, también a Pilar Sordo y Víctor Manuel Fernández en busca de refrescar mi alma, esa pequeña parte extraña difícil de cuidar, alimentar, de sanar  e higienizar. A veces nos preocupamos tanto por el color de nuestro pelo, el olor de nuestros cuerpos, pero jamás nos preocupamos por qué color tienen nuestras almas.
Y aquí estoy esta es una breve historia de mi construcción en lecturas del mundo, de este, del mío, único e irrepetible. Con treinta y dos años de lucha, sintiendo presiones y prisiones que se hidratan con una única pasión, la de vivir y brindar buenas lecturas a aquellas personas con las que comparto mi vida.

Marcela Alcoba

Licenciatura en Nivel Inicial y Primeras Infancias
Taller de Lengua: Alfabetización Inicial
Profesoras: Angelina Baldengo
                      Viviana Edsberg
Alumna: Mariela Alcoba


Reflexión del Proceso de Escritura

   Reflexionando sobre las propias escrituras llego a estas instancias donde me doy cuenta que muchas cosas han cambiado desde el inicio de este taller y fundamentalmente desde comienzos de la Licenciatura. He comprendido que Alfabetizar ya no es lo que pensaba en un principio, que solo se aprende durante el periodo escolar y que se basa en aprender a leer y escribir, sino que es un proceso que dura toda la vida; todos los días podemos encontrarnos con personas que nos puedan enseñar algo y a su vez enseñar nuestros aprendizajes; alfabetizar ya no es saber Leer y escribir, sino expresarse a través de diferentes lenguajes.
   La primera infancia es la edad donde se encuentran los conocimientos propios de cada niño con los escolares, donde se refuerzan o modifican, de ser necesario, aquellos que están erróneamente adquiridos. Es fundamental reconocer que cada grupo cultural, que cada persona posee conocimientos diferentes con respecto a una misma realidad.
   Cada proceso de alfabetización implica un profundo cambio social, con apropiación de la cultura y los conocimientos propios de cada una de ella que influyen directamente en la educación de las personas.
foto:a.b.
   Transitamos en una era donde la tecnología ha impactado directamente sobre la sociedad. Autores de Leu y Kinser proponen que éstas seguirán  definiendo las formas y funciones de la alfabetización.
   Después de haber realizado diferentes lecturas con respecto a lo que involucra alfabetización se destierra completamente la vieja concepción antes mencionada, cambiándola por una alfabetización en movimiento, con gran influencia del entorno que lo rodea. Implica que los individuos, independientes de sus contextos de procedencia, puedan ser protagonistas de múltiples experiencias escolares, que le permitan desenvolverse en el mundo que los rodea sin problemas.
   Nuestra función de docentes debe centrarse, como dice Graciela Montes, en formar niños curiosos, activos, capaces de leer el mundo como dice Freyre. Es evidente que alfabetizar en nuestro tiempo y espacio  nos  demanda mucho más que transmitir  técnicas, nuestro desafío es que sigan ingresando a las aulas las lecturas, escrituras e intercambios orales como prácticas con sentido usando todos los soportes que tenemos a disposición, libros, revistas, diccionarios, videos, audios, imágenes, mapas pizarra, en papel y en pantalla…, todas las herramientas que tenemos a mano para introducir esas prácticas en todos los ámbitos de la vida escolar. Quiero papel y pantallas en las aulas  para seguir formando a nuestros alumnos en  el ámbito literario y en su constitución como estudiantes  y ciudadanos.

Andrea Maria Sandoval


LICENCIATURA EN NIVEL INICIAL Y PRIMERAS INFANCIAS
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS
UNL
Foto:a.b.
Seminario: Lengua y Alfabetización  
                                                                                                                                                                                                 
Profesoras: Ángela Baldengo / Viviana Edsberg
Alumna: Andrea  María  Sandoval
Cohorte: 2012


REFLEXIÓN  SOBRE  MI  PROCESO  DE  ESCRITURA:
Mi vida  escolar está llena de  retos  y  experiencias diarias, inmersa  en  el  medio del  campo pero podría decir  que  cada  día  es  una  aventura, un  re-descubrimiento y/o un aprendizaje.
Día tras día, tomada de  la  mano  de  mis pequeños, inicio mi  labor  escolar en base a  lo concerniente a  ellos: sus juegos, sus aprendizajes, sus estados de  ánimos y sus problemas del hogar, etc.
Todo es  bienvenido  para  abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Sumado a  ello, destaco las  capacitaciones  realizadas año tras año, 14 años de  experiencias, desarrollo de propuestas específicas e  inquietudes que  atraigan su  atención. Debo destacar  que  en  mi  zona  trabajar  en  la  ruralidad  no  es nada  fácil,  ya  que  por  lo  general  me  siento  muy  sola en  mi  tarea docente.
Destaco  lo  que  menciona  la  Autora: GRACIELA  MONTES, donde expresa “LA ESCUELA COMO TRANSFORMADORA, SOBRE LA  EDUCACION QUE  QUEREMOS”.
La educación actual, consiste en  educar con conciencia de interdependencia global. Es decir  articulando perspectivas, interactuando en un  espacio, donde haya intercambio de saberes con y entre pares.
Destaco que es importante el espacio, la motivación, las herramientas utilizadas, base necesaria para dar el primer pasó a la escuela Primaria.
Montes afirma: “Dar ocasión para que la lectura tenga lugar. Garantizar un espacio y un tiempo, textos, mediaciones, condiciones, desafíos y compañía para que el lector se instale en su posición de lector, que, ya vimos, no es mansa, obediente y automática, sino personal, audaz, expectante..., y haga su lectura”.
Al respecto puedo narrar en  qué  consiste  mi  trabajo  diario –anual. Al inicio  del  año lectivo,  mi  selección de  contenidos de  nivel inicial  del área  lengua, consiste trabajar  la oralidad. Base  principal donde  los niños se  manifiestan desde sus emociones, experiencias  hogareñas, vivencias  familiares que dan comienzo al  trabajo áulico diario.
La  narración  toma  un  protagonismo en  el desarrollo de  la  oralidad, dado que  permite desinhibirlos y  manifestarse  con  espontaneidad. Resalto  el  tema  de  la  oralidad y  narración  ya  que  son  mi  pasión …  
Recuerdo que  desde  muy  pequeña mi  padre   que  era  muy  sabio  y  fanático  de  la  lectura solía decirme  cada noche al  terminar de  narrarme  el  cuento, “leyendo se  aprende  hija querida, el  saber  se  construye  día a día, y  con  la  lectura  que  es  mágica  y  cura  los dolores  mas íntimos de  nuestro corazón  y te  lleva a los  lugares  más  lindos a  tu  mundo de  princesas.
Hago  hincapié  en  esta  práctica dado  que  mi  sala de  nivel  inicial es  única  en  la  institución, donde  mi  trabajo lo  realizo  con  niños  de  multi-edad  (3, 4 y 5años), en  un  contexto  económico – social bajo y zona  rural desfavorable.
Recuerdo en  mis  comienzos hace  aproximadamente  4  años en  esta  Institución, mi  primer  taller de  narración donde  convoque a  padres, abuelos de los  niños y  debajo  de  un  algarrobo todo decorado  con  atrapa sueño y mándalas realizado por los mismo  comencé  mi  relato  de  la  leyenda de los atrapa  sueño  …”cuenta  la  leyenda que…..”, todos me  miraron  muy  asombrados  (me  sentí  un  bicho  raro), hasta  mi  compañera de  primaria me  miro  con cara  rara y se  viene a  mi  mente  textuales palabras  de  ella …(no  es  perder  el  tiempo  con esas  pavadas y circo tuyo, para  que llamas a los padres vienen a  ver  lo  que  hacemos….  y  unas  cuantas  cosas  más  irrepetibles), yo  solo  mire  en  alto y  dije estamos narrando despertando  imaginación, disfrutando de  anécdotas de  los  abuelos, te  invito  a mi taller que  nos  cuentes tu  experiencia ya  que  tenes  tantos años de experiencia  como  docente  va  estar  bueno que  participes .
Mi  colega  no  muy  convencida   solo  me  miro  y  quedo pensando, porque  los comentarios de  los padres y  abuelos que participaron fueron maravillosos.
Entre  charla  y  charla, mientras viajamos mirando  el  amanecer  todos los días  mi colega  me  comenta que  ella es  muy  tímida, muy  estructurada y  que  le  da  miedo hacer papelones en un taller como  los que  yo realizo  con  mucho amor  y pasión , que  a  esta  altura de  su  vida que esta  próxima a jubilarse.
Así  fue  como  día  tras  día la  fui  involucrando  en  mi  mundo  mágico  de  cuentos y narraciones y  debo  admitir  que de  apoco y con amor  no  solo  podemos transformar  pensamientos  e  imaginación de  los niños, también debemos permitir a  los  adultos vivir estos mágicos momentos llenos de sentimientos, emociones guardadas  en  los  más  profundo.















J.L.Ortiz

Ah, esta tarde encendida...
J.L.Ortiz 


Ah, esta tarde encendida, amigos, esta tarde,
de un oro vegetal iluminada toda
y toda penetrada de la gracia celeste
qué dulce, ah, qué dulce! entre el follaje frágil:


lluvia pálida o fluido casi primaveral
con una muy secreta y fragante nostalgia
de alma. Luz celeste y sensible mirando
entre la irradiación de la muerte suntuosa.


(...)

jueves, 12 de noviembre de 2015

Norma Dal Molin


                             

Facultad de Humanidades y Ciencias.

Licenciatura en Educación Inicial y Primarias Infancias.
Alfabetización Inicial. Autoevaluación.
Alumna:
Dal Molin, Norma. DNI: 17.987.339.

Cohorte: 2.012

Alfabetización Inicial. Autoevaluación.

Me parece interesante hacer una breve crónica sobre como fue mi proceso: Cuando allá, por Septiembre del 2014, las profesoras nos dieron la consigna del trabajo: “Una revista grupal”, los interrogantes invadieron mi mente: ¿Cómo?, ¿Todas?, ¿Para quiénes?, ¿Qué temática? ¿En qué tiempo nos reunimos? Si hay una distancia desde 3 cuadras a 300 o 500 Km., entre nosotras, por nombrar solo algunas de las dudas y preocupaciones.
foto:a.b.
Pasaban los días, nos volvíamos a encontrar, ya no por alfabetización, y la revista no avanzaba, no llegábamos  a un acuerdo, nadie daba el punto inicial, y me comenzaba a preocupar. Preocupación que exprese con un grupo de compañeras a las profesoras, quienes nos respondieron “ocúpense”, dándonos la posibilidad que sean varias las revista. Así fue como nos organizamos con las Profesoras de San Carlos Centro y decidimos comenzar a escribir artículos sobre actividades que puedan dar cuenta de los procesos de alfabetización en nuestros lugares de trabajos, lo que provocó malestar en el resto de los integrantes, entonces volvimos a esperar e intentamos acordar, dividir las actividades…contar lo que paso después… ya lo conocemos…¿Resulto?, ¿Se cumplió con la consigna?, ¿Y la revista?...¿Un fracaso total?…no lo creo así, pues cada error debe ser un punto de partida, un primer paso para lo que viene luego, para crecer y en ése camino me encontré éste año…reaparecieron las dudas, inquietudes personales. Fue allí, cuando consideré lo que dice Graciela Montes, cada lector construye significado  y en ese sentido me embarqué, en un proceso  intenso de construcción de significados, de  ida y venida con las profesoras. Lo primero que hice fue reorganizar  la información y seleccionar los textos sugeridos, sobretodo  aquellos que pensé que  no podían faltar en mi trabajo. En segundo lugar pensé en prácticas docentes sobre alfabetización. Comencé a escribir intentando reflexionar sobre las mismas a la luz de los autores, y poniendo en práctica el  “feedback” que mencionaron las profesoras tantas veces. En una de las primeras  devoluciones las profesoras me dijeron “… es un proceso y como tal es largo” y así lo fue,  en cada devolución mi mirada sobre el texto se modificaba, a veces me angustiaba, desorientaba o frustraba, hasta me enojaba, pero volvía a leer y releer  y las nuevas reflexiones e ideas surgían enriqueciendo el trabajo, encontrando relación entre la teoría y la práctica, logrando escribir un texto que diera cuenta de la construcción de significados.
En este sentido y para cerrar, la bibliografía y el trabajo con las profesoras, me permitieron hacer reflexiones críticas sobre mis prácticas, poder mirar desde otro lugar el proceso de lector y de escritor, animándome al gran desafió que ello implica… y tomando las palabras de Graciela Montes, para mi ¡esta fue la gran ocasión! Gracias.



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Mariela Theiler


Foto:e.b.
Universidad Nacional del Litoral
Licenciatura Primeras Infancias
Seminario Lengua: Alfabetización Inicial
Cohorte 2012
Profesoras responsables de cátedra: Ángela Baldengo Viviana Edsberg
Alumna: Profesora Mariela Theiler


“Decir que el acto de escribir es más que su cualidad comunicativa no equivale a negar esta última, sino que, más bien, implica sostener la tensión de lo comunicable y lo no comunicable, de lo legible y lo ilegible” (Silvia Schelemenson)

Este seminario es y fue una experiencia personal, donde para mi escribir es ir de frente hablar con honestidad donde nos jugamos con nuestras palabras, escribir lo que pensamos y no decirlo en voz baja.

Este proceso de escritura fue interesante porque hubo fascinación y temor sobre lo que he leído y sentido frente a una hoja en blanco.

Desde nuestra perspectiva, el derecho a incorporarse a la cultura escrita, a ingresar en el mundo literario y en el mundo del saber a través de la lectura y escritura, puede y debe estar presente desde el comienzo de la escolaridad.

Por eso pienso que desde el día que escribí mis primeros trazos en mi niñez he sentido que nadie ha truncado esa libertad de escribir en mi vida.

La alegría de escribir mi propio nombre esperando el alago de las personas que te rodean, luego el acompañamiento de los docentes en la escolaridad, o marcas imborrables de docentes que nos daban como tarea “Debo escribir 20 veces “vaca” como error o las horas de caligrafía donde cada letra debía salir a la perfección.

Es por eso que cuando me detengo a leer y releer a Graciela Montes coincido en que […] lo primero que puede hacer un maestro que quiere “enseñar a leer” es crear la ocasión, un tiempo y unos espacios propicios, un estado de ánimo y también una especie de comunión de lectura […]

La pedagogía de la escritura debería ayudarnos a los maestros niños y a los jóvenes a descubrir esta dimensión de rebeldía, de aventura, de experimento y de juego incierto que tiene el acto de escribir. Lo demás es gramática.

La decisión de escribir, de dejar una marca, supone haber alcanzado, o desear alcanzar al menos, alguna lectura. Escribir es una forma de estar leyendo, del mismo modo en que contar es una forma de leer lo que se cuenta. La sola formulación en palabras ya es una lectura.

Por eso esta experiencia en mi escrito de alfabetización hizo reflexionar sobre mis prácticas coincidiendo con Emilia Ferreiro “leer y escribir son verbos que dejaron de tener una definición inmutable, son construcciones sociales” donde cada circunstancia y época histórica dan sentido a esos verbos” (2000, octubre 13)

Romper y desestructurar esas prácticas generan miradas de cómo y para qué enseño, entonces es ahí donde debo sostener mi convicción de que podemos transformar y enseñar a partir de lo cotidiano, desde lo que los niños traen y ofrecen, desde diferentes ambientes culturales, trabajando con una pedagogía cooperativa, inclusiva, abierta; una pedagogía que permita aprender con los otros intercambiando opiniones y experiencias, encontrando soluciones comunes para la formación de sujetos sociales, brindándoles un espacio atractivo, donde se reflejen las tareas que se van desarrollando, tratando de hacer visible aquello que se hace a través de elementos tangibles, convirtiendo el ambiente en un ambiente alfabetizador.

Para ir concluyendo quisiera finalizar con estas palabras que generaron en mi un recuerdo de mi infancia, de algún momento vivido y porque no de mi camino lector en donde Paulo Freire dice así “…La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mi gis.”

Aún estoy en la búsqueda, en ese camino que poco a poco se abre descubriendo nuevos horizontes… ese camino de la literatura y la escritura.


BIBLIOGRAFÍA CITADA:
FREIRE, Paulo (1991). La importancia del acto de leer (fragmento). En: La importancia de leer y el proceso de liberación. México. Siglo XXI Ediciones.
FERREIRO, Emilia (2000). Leer y escribir en un mundo cambiante. www.biblioteca.unp.edu.ar
MONTES, Graciela La gran ocasión, la escuela como sociedad de lectura. MEC y T. dirección nacional de gestión curricular y formación docente.




Arroyo Leyes

Foto. a.b

Nanci Leiva

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN EN PRIMERAS INFANCIAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL-FHUC
TALLER DE LENGUA: ALFABETIZACIÓN INICIAL
TRAYECTO 2 – COHORTE 2012
PROFESORAS: ANGELINA BALDENG; VIVIANA EDSBERG
ALUMNA: PROF. NANCI LEIVA
FECHA: 07/11/2015

PROCESO DE ESCRITURA: reflexión.
Escribir siempre fue un obstáculo, una piedra en el camino que me ha frenado a llevar a cabo actividades en las que debía expresar mi sentir, mis ideas, mis conocimientos, o bien fueron escritos escuetos, sintéticos y concretos.
Tener baja autoestima, producto de las marcas causadas por una de mis maestras, ser tímida, el leer y escribir por obligación repetitivamente fueron algunas de las causas por la que me fui cerrando y dejando de lado la escritura. Siempre tuve la sensación de no poder, de que yo no. Claro está que creí no tener gusto por la lectura y la escritura.
Foto:a.b.
Al leer Laura Devetach (en La construcción del camino lector), a Graciela Montes (en La frontera indómita), a Paulo Freire (en La importancia de leer) puedo dar cuenta que tuve un camino lector rico lleno de relatos, películas, libros a disposición a los que preferí no mirar pero sí que me relaten lo que en ellos estaba escrito, y siendo una muy buena observadora me facilita tener en cuenta todos los pequeños detalles del contexto en el que estuve y estoy inmersa.
Coincido con Jorge Larrosa (en La experiencia de la lectura), donde menciona que lo más difícil es empezar a escribir, habla de bullicio ante las ideas, palabras, sentimientos, que nos va transformando y comienza a ser parte de uno para luego compartirlo. Viéndome reflejada cuando alude al leer, releer, quitar, agregar, injertar, en el crear otra voz y dejarse llevar por ella. Tanto que en ocasiones, como él dice, parecen palabras ajenas.
Escribir es parte de la cultura, es producir textos que comunican, informan, entretienen, llevan a otros mundos, hacen florecer los sentimientos. Como alfabetizadora es pertinente permitir y permitirme vivenciar escenarios de lectura y escritura, resolver situaciones, necesidades, problemas de la vida cotidiana. Es mi deber estimular, animar y respetar las ideas de los demás sin generar frustraciones,  dar oportunidades, favorecer la libre expresión, para habitar y crecer en la pasión por este mundo maravilloso de las palabras…
Después de transitar este taller y analizar mi proceso de escritura puedo ver una diferencia, puedo posicionarme desde otro punto de vista, tener otra mirada. Siempre he considerado los parámetros escolares que he transitado en mi infancia para analizar mi proceso de escritura, ahora lo puedo discutir.
Para escribir, tener una buena lectura es base fundamental y al analizar mi textoteca interna, mi camino lector, entonces se puede decir que “puedo”. Sé que es un proceso que continúa durante toda la vida, es cuestión de animarse, tener coraje, permitir equivocarse y volver a intentarlo una y otra vez.
Sobre la base de mis cicatrices propongo seguir probando, alineando ideas para silenciar bullicios y no ahogarme en los intentos.

“[…] Se lee para tocar, por un instante y como una sorpresa, el centro vivo de la vida, o su afuera imposible. Y para escribirlo. Se escribe por fidelidad a esas palabras de nadie que nos hicieron sentir vivos, gratuita y sorprendentemente vivos”  (Larrosa, 2003; 4)

Julio Cortàzar


Para leer en forma interrogativa
Julio Cortàzar



Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Silvana Casanova

Taller de Alfabetización:

Alumna: Casanova, Silvana.
Consigna: En 2 páginas escribir una reflexión sobre el propio proceso de escritura.

Al hacer un análisis sobre mi propio  proceso de escritura, debo reconocer que no es tan simple escribir  lo que uno piensa. Me ocurre que al finalizar una lectura, suelo tener la idea central, pero a la hora de volcar por escrito, me  cuesta marcar tal representación, donde a veces se  me pierde por completa dicha  reflexión.
Comienzo mis escritos redactando las ideas principales, tratando de responder a la consigna dada,  luego realizo una lectura, y de a poco comienzo  a adaptar las palabras y oraciones. Este proceso de escribir, borrar, y reescribir,  lleva su tiempo, no me resulta nada fácil hasta que llego a la presentación final.
Resolver qué se quiere escribir, cómo  lo voy  a escribir, forma parte del proceso de escritura y mi dificultad es, que  a la hora de comenzar mis  propios escritos las oraciones son  muy repetitivas. Por tal motivo, siento la necesidad si o si, de hacer la revisión del texto de manera oral varias veces, donde puedo ver y escuchar que ciertas oraciones, no se relacionan o no se entiende con gran facilidad. Durante este proceso voy corrigiendo acentos, ortografía, puntuación, errores el tiempo de los verbos, etc.
Foto:a.b
 A medida que uno sigue formándose en el ámbito educativo u otro, con la práctica diaria este  proceso de escritura va mejorando y adquiriendo nuevos esquemas de aprendizajes. Ahora bien, escribir textos argumentativos en la universidad implica que el estudiante pase de la mera opinión a explicitar una postura soportada por hechos, razones, pruebas que avalen o soporten una  idea. Es así, como también he estado haciendo mal uso de las citas en los escritos, y lo pude recién corregir en este trabajo, ya que obtuve material de las reglas de escritura para mi trabajo final (tesis).
Considero que es  necesario que el docente realice una  reflexión, dentro de este proceso de revisión pedagógica, lo cual como  docentes nos permita  corregir ciertas  debilidades y evitar así  trasladar posteriormente nuestros  errores a los alumnos.
Al respecto, coincido con el autor Lerner (1995) donde señala: “(…) que el futuro de nuestra educación está en manos de aquel que tiene como proyecto formarse como maestro. Para contribuir a su formación deberá leer y escribir, intercambiar ideas con otros lectores, hacer uso de la escritura como medio para aprender y organizar lo que aprende. Deberá, además, valorar el significado de la preparación permanente como vía para consolidar su aprendizaje”.






Julieta Cattalin

Licenciatura en Educación Inicial y Primeras Infancias
Seminario: Taller de lengua: alfabetización inicial.
Alumna: Julieta Cattalin.
Consigna coloquio: Reflexión sobre el propio proceso de escritura

foto:a.b.

Frente a este nuevo desafío de re-pensar los modos y enfoques en que las docentes llevamos adelante las prácticas de lectura y escritura en la primera infancia, hizo volver a mirar mi historia personal. Esta historia personal relacionada con mi camino lector, la redescubrí cuando, durante el seminario de taller de lengua: alfabetización inicial se nos pidió que contáramos como había sido ese recorrido desde nuestra infancia vinculada con la lectura. Hasta ese momento yo no había tomado dimensión de lo rico y estimulante que resultó mi experiencia con los libros y que ese entusiasmo por los mismos prosiguiera hasta la actualidad. Desde muy niña mi mamá me llevaba a la biblioteca “Domingo Faustino Sarmiento” y de esa manera podía yo misma elegir los cuentos que me interesaban. Por otra parte este trayecto de todo el seminario me permitió hacer un análisis crítico que apunten a favorecer la construcción de este proceso; siempre teniendo en cuenta al niño y a la niña como sujetos del lenguaje, ya que desde que nacemos estamos relacionados con experiencias que suponen el pensar, el conocer. Y si bien no se ha llegado a decodificar la palabra escrita, si podemos vivenciar textos, letras de un contexto determinado y/o inmediato, que por ende nos sumerge en la lectura.
A partir de esta reflexión pude vislumbrar la posibilidad de poder generar espacios vinculados a los procesos de lectura y escritura, también ubicarme no solo como lector sino como escritor, permitiéndome poder llegar a utilizar diferentes recursos y estrategias que puedan llegar a resolver problemas, brindar experiencias enriquecedoras, favorecer la autonomía, etc. Si bien esos espacios aún no los he podido ocasionar por no trabajar en las salas de 4 y 5 años, sé que todo el material leído y el trabajo realizado, me ayudará en la ardua tarea de construir el proceso de lectura y escritura en dicha salas. Sí acompaño el proceso de alfabetización de los niños desde muy pequeños, ya sea ofreciendo un ambiente alfabetizador, trabajando con libros, con diferentes lenguajes y desde la imagen.
Con respecto a mi propio proceso de escritura, quería aportar que las primeras ideas que originaron la escritura, no estaban del todo claras. Tras enviar algunos escritos a la profesora, se me sugirió avanzar con la lectura.  Así lo hice y poco a poco las ideas  cobraron forma en el proceso, en la indagación, en la lectura y en el trabajo sobre el propio tema.
Quería concluir esta reflexión, resaltando lo fructífero, provechoso y rico del material ofrecido para este seminario. Aunque debo reconocer que la escritura del trabajo me llevó tiempo, esfuerzo y me angustió, no fue así con la lectura. Esta sí la disfruté al máximo y sé que voy a volver a ella en otras ocasiones cuando sienta el deseo. Dice Laura Devetach: “Cuando el deseo de leer nos toca el hombro, quizás sucede porque tenemos instalados deseos previos en relación a las palabras de otros, ordenadas en un texto.”

Laura Devetach



La naranja


El viejito corre

tras una naranja

que rueda la calle.

La corre

se escapa.

La corre

la alcanza.

La corre

la caza.

La pela

la come.

Guarda tres gajitos

y la perfumada

cinta de la cáscara.

Maria Eugenia Ratto

LICENCIATURA DE NIVEL INICIAL Y PRIMERAS INFANCIAS TALLER DE LENGUA: ALFABETIZACIÓN INICIAL
 Docentes: Ángela Baldengo / Viviana Edsberg
 Alumna: María Eugenia RATTO
Año: Noviembre 2015 Taller de Lengua: Alfabetización Inicial

Llevar adelante el trabajo pero también escribirlo implicó la posibilidad de transitar un camino de idas y vueltas. La lectura bibliográfica sugerida y el cursado de la materia me llevaron a lugares conocidos y otros desconocidos, lo que fue generando en mi interior curiosidad y una actitud reflexiva que me permitió darme algunos permisos no antes otorgados; así como por ejemplo; poner en dudas algunos conceptos fuertemente arraigados , la posibilidad de mirar mi prácticas desde otro lugar y la tranquilidad de saber que el conocimiento requiere de cuestionarse, de volver hacia atrás, de dejarse llevar para de esta manera poder avanzar sin desesperar. Fue necesario entonces re pensar algunos conceptos y analizar los distintos referentes teóricos en relación a la alfabetización, lectura y escritura. Como así también que tienen en común estos conceptos y su implicancia en mi práctica diaria. El camino no fue fácil, al principio me sentí desorientada y angustiada no sabía cómo plasmar en palabras aquello que en mis pensamientos se encontraba tan desordenado. Muchos borradores, vueltas a empezar y preguntas sin respuestas para dar, finalmente decidí comenzar y lo hice definiendo algunos conceptos como “sujeto” e infancia, conceptos que no me parecían arbitrarios ya que no es posible entender las practicas de lectura y escritura sin saber desde que concepción de sujeto vamos a trabajar y cómo es posible pensar la infancia donde el niño está inmerso, infancia que como dice Graciela Montes no deberá perder la dimensión de lo imaginario, de lo ficcional , en la medida que toda la memoria del pasado implica algo de invención. Por momentos sentía , que mientras leía todo el material de la cátedra, más me alejaba de lo que quería escribir. Ahora bien había que seguir sin desanimarme y fue así como en Larrosa encontré una puerta que me permitió continuar. La confianza de que lo leído no sería en vano, la posibilidad de permitirme que mis preguntas no tengan respuestas ciertas, que pueda escribir para darle fidelidad a lo que había leído, alegrarme con algún descubrimiento y
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 seguir leyendo…. por momentos sin entusiasmo pero con una actitud de desafiante y de confianza. Di comienzo al proceso de escribir el trabajo en medio de una mesa llena de libros, llamadas telefónicas, demandas familiares, noches interminables. Pues bien a simple vista estas palabras parecen no tener sentido, pero realizar este trabajo fue un camino complejo, tan complejo y gratificante como el camino de enseñar y aprender, de enseñar a leer y a escribir o simplemente de leer y escribir. Debo reconocer también que a medida que me iba sumergiendo en mis escritos me asombraba de mi misma tenía mucho que aprender pero también vivencias y experiencias que aportar. No podía correrme de ese lugar, soy estudiante aquí y docente allá pero también una docente que estudia. En mi trabajo hay puesto mucho de mi de lo que soy, de lo que pienso de lo que aprendí en el seminario y de mi ser docente. Soy todo eso y cuando escribo lo hago desde ese lugar tratando de aportar y sumar conocimientos para mejorar. De a poco las ideas se iban ordenando, el trabajo tomaba forma, forma de lo que yo quería escribir y el cómo hacerlo y me iba gustando y entusiasmando. La angustia inicial le daba paso a una alegría incipiente. Finalmente sentí alivio, entre los textos y yo se había producido una fuerte intersubjetividad, tanto que ya no soy la misma y seguramente los textos tampoco

Carina Lòpez

SEMINARIO: LENGUA Y ALFABETIZACIÓN (COHORTE 2012)
PROFESORAS: Baldengo, Ángela; Edsbver, Viviana.
ALUMNA: López, Carina.
CONSIGNA: Realizar una flexión sobre el proceso de escritura de alfabetización de una o dos hojas para leer y/o comentar.
       Comenzando con mi recorrido y mi camino lector me siento reflejada en las palabras de Jorge Larrosa cuando dice que: “Se lee porque sí, por leer. Aunque leamos para esto o para lo otro, aunque nos vayamos inventando motivos, utilidades, obligaciones, leer es sin por qué. Algún día empezó, y luego sigue. Como la vida”.[1] Y  así fue como empecé con esta materia leyendo porque sí (al principio), también me sentí presionada por el tiempo y porque me sentí intimada por la profe (ya que sabe mucho en la materia y no quería pasar vergüenza). Luego y con el pasar de la lectura me dieron ganas de querer saber más sobre el tema, pero cuando la profe me sugirió que necesitaba escritura propia me dije y ahora qué? si lo sabe todo, qué pongo? tenía miedo de defraudar, ya que una docente tiene que manejar a la alfabetización como el padre nuestro (palabras de Baldengo) y así es como releí toda la materia y comencé otra vez…
       Esta vez mi camino lector tomó otro camino, el de leer más relajada y es así como dejó  huellas tal como lo expresa Laura Devetach: “El camino lector personal no es un camino de acumulaciones ni es un camino recto. Consta de entramados de textos que vamos guardando. Unos van llamando a otros y en ese diálogo de la persona con el texto se teje una trama propia, un piso para el viaje que no es difícil de hacer crecer una vez que se descubre y se valoriza”.[2]
Entonces tomé el dossier (pero no retomé desde el principio) y empecé este viaje. Estos documentos, estas lecturas, algunas de ellas me resultaron muy interesantes para pensar la alfabetización de ayer y de hoy. Y mientras avanzaba con la lectura me preguntaba qué significa alfabetización?  Era lo que yo creía? Y mientras recorría autores (algunos desconocidos para mi, otros en cambio ya conocía de sus posturas, lineamientos…),  me invadía una sensación de incertidumbre y miedo a la vez de saber si estaba haciendo lo “correcto” como docente. Porque mucho se ha hablado y se seguirá hablando (supongo) de cómo se la define y/o utiliza y mientras sigo recorriendo autores  puedo “ver” y reconocer que se la define por una parte en una acepción original generalmente ambigua y sin aceptación, pero también se la emplea con un sentido figurativo en diversas expresiones tales como “alfabetización tecnológica, científica, informática… generando aún más en mi confusiones ¿no estamos hablando de lo mismo? Sí, estamos hablando de lo mismo, todo es alfabetización. Como docente, es a lo que nos enfrentamos hoy día (en especial las docentes de nivel inicial) y me vuelvo a preguntar si los niños están preparados para avanzar hacia el siguiente nivel educativo. Y nuevamente me invade esta incertidumbre si estoy haciendo bien mi trabajo. Porque gracias a la carrera que estoy cursando puedo afirmar con convicción que estar alfabetizado hoy es más que saber leer y escribir y estos malentendidos que pueden deberse a conceptos, malas interpretaciones, las exigencias de los padres, de los directivos, de la sociedad en general, nos cuestionan si lo que estamos haciendo, lo estamos bien, siendo (por supuesto) la alfabetización el tema central de todos.
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       Y mientras continuaba con el buceo bibliográfico me iban quedando frases puntuales como por ejemplo que la escuela debería convertirse en esa gran ocasión de la que habla Graciela Montes. Como docente alfabetizadora mi anhelo es ser parte de “esa escuela” y convertirla en “esa ocasión” y hacer todo lo posible para que los aprendizajes de mis alumnos/as se puedan ampliar poniendo mayor énfasis en el lenguaje y la comunicación facilitando el desarrollo de las destrezas  fundamentales en los niños/as las cuales son: escuchar, hablar, leer y escribir.
       Es por ello que quiero cerrar mi camino lector reconociendo que todo lo que se proponga, ofrezca para y en beneficio de los niños necesita ser acompañada por un sistema de soporte que ofrezcan los adultos. Y en la medida en que los niños participen de rutinas o formatos interactivos con los adultos, se valorice su palabra, se comprendan sus producciones gramaticales,  como parte de un proceso constructivo, y a su vez se responda a sus preguntas, se escuchen sus opiniones, se atiendan sus justificaciones, podrán desarrollar las habilidades comunicativas y lingüísticas para convertirse en usuarios competentes de la lengua oral y escrita.




[1] La experiencia de la lectura. Estudios sobre Literatura y formación. Jorge Larrosa.
[2] La construcción del camino lector. Un camino más cercano de lo que se cree. Laura Devetach.

Maria Cristina Ramos


De papel te espero

¿Y el botón?


Se me ha perdido un botón

y el ojal está asustado.

¿Alguien ha visto pasar

a un gordito nacarado?


Dicen que rodó esta tarde

despeinado y en hilachas,

con aire de distraído

algo dudosa su facha.


Se comenta que llevaba

un atadito de ropa,

un sombrero de papel

y un cuenco para la sopa.


Bolsillos del vecindario

revisan sus callejones,

y algunas mangas chismosas

sospechan por los rincones.


Hasta que llega de noche

el botoncito canchero,

nácar de luz la sonrisa,

media flor en el sombrero.


Y todos quieren saber

qué riesgos ha desafiado,

qué monstruos lo han perseguido,

¡pobre botón extraviado!


Pero el botón, calladito,

se sonríe de costado,

como suele sonreír

un botón enamorado.


Y se columpia en un hilo,

y se acomoda la flor,

y sube a ocupar su puesto

silbando un silbo de amor.

martes, 10 de noviembre de 2015

Paola Schmit


Universidad Nacional del Litoral

Facultad de humanidades y ciencias
LICENCIATURA EN PRIMERAS INFANCIAS.
PROFESORAS:
BALDENGO, ANGELA
EDSBERG, VIVIANA

ALUMNA:
SCHMIDT, PAOLA

COHORTE 2012



REFLEXIÓN:
Para realizar este escrito me costó mucho la redacción del mismo, pero debo reconocer que en mi camino lector hay muy poca lectura, lo cual hoy esa falta de lectura se ve reflejada en cada elaboración que realizo.
Durante la ejecución de este trabajo me llevó a recordar o releer en mi memoria momentos, charlas, situaciones que he vivido con colegas en diferentes instituciones, los cuales de una u otra manera fueron plasmados en el desarrollo del mismo.
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El acto de leer es indispensable en la vida, ya sea en la vida de un adulto como en la de un niñ@, ya que permite descubrir la imaginación de cada uno y nos permite realizar una lectura del mundo.
Este trabajo me sirvió mucho para ampliar mis conocimientos y para reflexionar sobre mi rol como docente. Si bien en el nivel inicial los niñ@s no aprenden a leer y escribir de manera convencional, es bueno que comiencen a reflexionar acerca de por qué y para qué aprender a leer y escribir y así provocar en ell@s la necesidad de aprender.
En varias ocasiones, en mi trabajo, me han cuestionado que las actividades seleccionadas no eran acordes para el grupo ni para el nivel inicial, ya que aún consideran que la alfabetización de los niñ@s comienza y es responsabilidad del nivel primario.
Por tal motivo, este taller fue muy productivo para mí ya que, muchas veces, en la familia, debido a diferentes motivos, no hay tiempo para leer con los niñ@s, es aquí donde la escuela cumple un papel fundamental, ya que a través diferentes estrategias o actividades que ofrece el docente, va ir ayudando y enriqueciendo al niñ@ en la construcción de su camino lector. como dice Venezky “la definición de alfabetización determina el nivel de involucramiento y el nivel de financiamiento de la educación básica”.



Jorge Lujan

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Tarde de invierno



Juega mi dedo en el vidrio empañado y
dibuja una luna y dentro de ella a mi madre que
viene por la calle y cabe justo en el dibujo que voy agrandando a medida que se va acercando hasta darme este abrazo que cabe exactamente detrás del vidrio del portarretrato.

Graciela Zago

Volver a escribir…recordar, pensar y analizar! Tarea nada fácil en el día a día, cuando uno se toma el compromiso de educar, de dar la oportunidad de crecer. Uno piensa que todo lo que hace está bien, adaptado a la edad del grupo, secuenciando, ofreciendo espacios para descubrir y aprender…y al realizar este trabajo de alfabetización me causó muchas dudas, un no sé qué!  Desde dónde empezar…lo conversé con mis compañeras y oh, sorpresa! Todas estábamos en lo mismo, con el temor causado por el solo hecho de escribir sobre nuestras propias prácticas, como si no supiéramos de lo que hablábamos.
Y comencé a transcurrir este ejercicio de aciertos y desaciertos, borradores sobre borradores, con el propósito de transmitir todo aquello aprendido en éste seminario.
Seminario que quiso desbloquearnos, al menos eso intento, darnos libertad para escribir…detenernos, escucharnos en cada palabra, leer y leer.
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Recuerdo la primer clase, con la pregunta: ¿Por qué se sientan una detrás de otra? Cambien…utilicen el espacio, aduéñense del lugar, expresar nuestros sentimientos, tomar la palabra, donde cada palabra entraba en duda y una pregunta surgía, ¿Por qué decís eso? ¿ por qué así y no de tal manera?.
Personalmente, sentía que cada palabra debía ser justificada y analizada, justamente desde la palabra, desglosando cada oración, cada idea y todo lo que creíamos viable, se oponía a la tarea de alfabetizar.
Y aprendí a escribir…armar éste trabajo fue como abrir un diario íntimo, aflorando sentimientos encontrados, primero la idea trunca de una revista infantil, donde habíamos volcado nuestras propuestas pensadas para docentes como vos y yo.
Luego volver a empezar…desde otra mirada, con otra mirada y volvimos a leer y darnos cuenta que cada autor nos permitía desandar nuestro camino y ver que en cada propuesta se podía ir más allá. Y en la tarea de escribir me di cuenta que también tenía que aprender a andar entre  las palabras para poder crecer como docente, como persona.
Sensibilidad extrema…
Entonces: que los ojos de algún niño también sea tu mirada. De Carlos Skcliar.



Susana Rojas




Mi propio proceso de escritura

                               Y he aquí que los años han pasado y hemos
                   vivido y olvidado tanto, pero esos pequeños, insignificantes
                       cuentos, esos granos de arena en el inmenso mar de la
                               literatura siguen ahí latiendo en nosotros”.
                                                                  Julio Cortázar

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            Un cuento…la vida se podría pensar que es un cuento…con principio y final; claro que algunos son cortos y otros mas largos, pero al fin un cuento real, que dependen de nosotros las alegrías y las tristezas con las que los condimentamos. Y hablo de condimentos porque hay algunas partes que pueden ser un trago amargo y otras un sabor muy dulce de degustar.
            En uno de los escritos de María Teresa Andruetto leí que un pueblo africano tenia una manera muy original de finalizar los cuentos, y yo diría  que para las culturas que yo conozco, era novedoso; ella cuenta que cuando un narrador llegaba al final de un cuento, ponía su palma en el suelo y decía: “aquí dejo mi historia para que otro la lleve”. Inmediatamente después de leer esto me trasladé en el tiempo pensando en mis recuerdos, en cuántas veces conté historias que yo pensaba que habían quedado allí, en ese lugar, en esa sala, en ese jardín; pero no…si todos pudiéramos ponernos en la cabeza de nuestros oyentes, sobretodo los niños, a quienes les contamos nuestras historias, nuestras anécdotas, descubriríamos ¡cuántos finales fueron un comienzo!, quien sabe cuántas fantasías que los chicos pensaban y trasladaban al interior de su mundo imaginario. 
         Hace algunos años les conté el cuento de “Monigote en la arena” de Laura Devetach, cuánta fantasía y cuánta realidad junta, la propia vida dibujada diría yo; la vida que se queda y la vida que se va….pero porqué no intentar vivirla con todas las ganas, con todas las intenciones de una aventura cada día.       Como ese monigote que decidió jugar dejando de lado el miedo al intento, el miedo a permanecer eternamente; no importa dijo: “Juguemos, y si me borro, por lo menos me borraré jugando”.  El intentarlo cada día, una oportunidad, con cada ocasión de probarnos que podemos enseñar y aprender; acercarlos a  la literatura, a la realidad y a la fantasía, donde a través de imágenes,  sonidos, pueden identificarse con las historias de su propia realidad, enfrentar sus miedos y sus conflictos; expresar sus sentimientos y sus propios pensamientos en un texto escrito, abre las puertas de la imaginación, permite el crecimiento personal y la libertad de crear. Como dice Graciela Montes “Si se trata de ayudar a construir lectores…”, todos podemos escribir lo que nos nazca desde adentro desde nuestro corazón, “…somos todos constructores de sentido. Y, si nos dan la palabra, todos podemos sentirnos, al menos por un rato, el dueño del cuento”. 
 Durante la realización del trabajo pude experimentar miles de sensaciones, recuerdos del pasado y cosas que me imaginé para el futuro; como pensar en que “el camino lector” era nada mas y nada menos que una construcción personal de todo lo que escribimos a lo largo de nuestra vida, descubrir que podía volver a escribir, como hacía… ¡tanto tiempo atrás! cuando me expresaba en un poema un día nublado o de lluvia; esos días me inspiraban para dejar mi corazón en unas pocas líneas con tinta azul.  Y siempre los soles y las arenas doradas giraban como bailarines entre las líneas del papel rompiendo con semejante contradicción en un día de tormenta.
         El paso del jardín a la escuela primaria es un gran cambio, por eso como educadores tenemos la obligación de ayudarlos a cruzar ese puente, hacer de cuenta que es una gran rama de un frondoso árbol que va desde el patio del jardín hasta el patio de la escuela. Con todas las herramientas, para que no duela, para que no se quiebre, para que cuando lleguen sigan jugando como ese monigote que “jugó y jugó en medio de una ronda dorada y rió hasta el cielo con su voz de castañuela. Y mientras se borraba siguió riendo, hasta que toda la arena fue una risa que juega a cambiar de colores cuando la sopla el viento”. (Laura Devetach)





lunes, 9 de noviembre de 2015

Liliana Bodoc

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"A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costumbres cotidianas. Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer. El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si, alguna vez, regresará la calma." Fragmento de Amigos por el viento de Liliana Bodoc

Sonia Rodriguez

Trabajo final Lengua y Alfabetización
Licenciatura Nivel Inicial y Primeras Infancias
Cohorte 2012

Realizando un recorrido en mi memoria para comenzar a escribir sobre mí propio proceso de escritura, durante la licenciatura, o mi relación con la misma,  y que sucedió en mí con respecto a este tema, siempre me costó expresar mis ideas, quizás por inseguridad
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y aun mas por falta de sustento para hacerlo, durante mi infancia no tuve la posibilidad de manipular variedad de textos, solo en ocasiones que fue sumamente necesario adquirirlo, si bien durante mi carrera en el profesorado tuve acceso a estos, aun así siempre me resulto tedioso expresarme  escribiendo, es difícil tener una postura cuando ha habido tantos cambios en las diferentes corrientes que nos atravesaron a lo largo de nuestra educación. Recuerdo cuando estudiaba a Emilia Ferreiro que fue la primera de quien aprendí algo con respecto al tema, ya que durante mi propia experiencia fue como un proceso mecánico, nunca cuestione qué, cómo o porqué de tal forma, fue apasionante poder deducir en que etapa de escritura fue pasando alguno de mis hijos y a la vez poder decirles a las mamás de mis alumnos, él o ella se encuentran en tal o cual etapa, yo en particular antes de ingresar  a la licenciatura solo me preocupe porque mi escritura sea acorde a quien iba dirigida, nunca hasta ingresar a la Facultad tuve conocimiento de las normas APA por ejemplo, hasta que tuve que aplicarlas, poder escribir es un arte particular, suelo leer fragmentos de algún escritor y es un placer leer lo que cuenta, porque algunas veces justamente esa situación estoy pasando en mi vida, y lo está contado con tan hermosas palabras que me pregunto por qué no podrías escribirlas yo, otras están en canciones y suenan tan bonito, Emilia dice que leer y escribir son construcciones sociales y veo que en nuestra sociedad de hoy cada vez se usan menos los símbolos, las escrituras son abreviaturas para ocupar menos tiempo y los errores ortográficos no se corrigen como antes, repasando en mi memoria puedo evocar el momento de rendir mi parcial de Lengua en el profesorado no lo aprobé a causa de mis errores y recuerdo que llegue a casa busque un cuaderno y me puse a copiar cada una de las palabras que me había corregido la profe e hice tres renglones de cada una y así creo que la fijación visual funciono en ese momento ya que cuando volví a realizar el escrito lo supere y casi no tuve errores.
Hoy en día con la tecnología si programamos nuestros dispositivos nos corrigen los errores, pero hay palabras que no las acepta y depende como se la escribe sigue apareciendo correcta o incorrectamente y de esta manera he adquirido varios errores durante la escritura, en algunas ocasiones necesito escribir la palabra para poder descifrar si  las escribo de la manera adecuada, pero si tengo en cuenta que el aprendizaje es durante toda mi vida, aun puedo superar mis inseguridades. Durante la carrera aprendí cantidad de tesoros que abrieron mi accionar con los/as niños/as y por supuesto mi autoestima y seguridad. Vale decir que hemos tenido la posibilidad de escribir entre varias compañeras y siempre hay quien entiende la idea, la organiza y se escribe y por supuesto también esta quien aporta los conectores, porque de no haber sido así hubiese sido doblemente difícil continuar.
Realizar el artículo para la revista me causo tremenda revolución interna, que fue sumamente desafiante, más allá que no haya sido como se esperaba, me gusto experimentar eso.
Capaz algún día me anime a escribir, aunque solo sea para expresar lo que me moviliza interiormente.
Fue un placer pasar por esta cátedra, me encanta experimentar este tipo de revolución en mí, porque siempre aprendo algo.


Sonia Rodriguez